PROYECTO DE
TRABAJO PARA CUARTO Y QUINTO.
LA FUNCIÓN DEL ARTE
Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla.
Viajaron al sur.
Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando.
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura.
Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre:
—¡Ayúdame a mirar!
El libro de los abrazos
Eduardo Galeano
Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla.
Viajaron al sur.
Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando.
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura.
Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre:
—¡Ayúdame a mirar!
El libro de los abrazos
Eduardo Galeano
El arte es el uso de la habilidad y la imaginación,
para crear objetos, experiencias, melodías o entornos con el fin de lograr el
placer estético en el consumidor (no en el sentido de “consumista” capitalista
sino como quien consume un alimento porque, quien consume, digiere, procesa, incorpora... y elimina...) y también,
indudablemente, en el creador.
Tradicionalmente se afirma que el arte
alimenta el alma, y quienes realizan esta afirmación no se equivocan. Al ver
una obra de arte, uno se siente conmovido por ella, y puede llegar a sentir que
se está transportando a otros lugares y tiempos, reales o imaginarios. El arte
provoca sobrecogimiento. Aunque podemos suponer que la capacidad de distinguir
lo hermoso de lo feo es una habilidad humana innata lo cierto es que los
valores estéticos cambian de cultura en cultura, y de tiempo en tiempo, de ahí
que el arte y su percepción siempre serán subjetivos.
Así,
el arte en general y la Literatura en particular han sido, desde siempre, la
forma de expresión del hombre y sus circunstancias. El arte rupestre y la
literatura oral evidenciada en los mitos, son muestra de ello.
El
ser humano ha sentido siempre la
necesidad de expresarse a través del arte. No obstante cada época de la historia, ha
cultivado un tipo de arte. Los clásicos, era rigurosos con las formas humanas.
El hombre era el centro. Luego se fueron desarrollando el arte Bizantino, el
Románico, el Renacimiento, el Barroco, el Realismo, el Surrealismo, etc.
Son muchos los estilos de arte que se han abordado
y estamos acostumbrados a suponer
(partiendo de un discurso hegemónico
occidental) que cada uno de ellos, ha maravillado y tocado a sus
contemporáneos. Sin embargo, muchos
creadores han sido y son desconocidos y rechazados, por “adelantarse” a lo que
su tiempo aún no percibía o no percibe... Además, no debemos olvidar que cuando
hablamos de la Historia del Arte y sus artistas, nos estamos refiriendo a un
escasísimo margen de creadores muchas veces oficializados como tales...
Por otro
lado, no podemos negar el carácter “dual” del arte: por una parte representa e
identifica un estado temporal o específico de lo que viven la sociedad y las
personas (aunque en ocasiones la sociedad no esté lista para “verlo”), y por
otra el
poseer un valor universal al
rescatar la inmutable naturaleza humana, sus sueños, esperanzas, alegrías y
tristezas.
Esto
nos da la pauta de lo especular que pueden ser
las manifestaciones artísticas. En este aspecto, sabido es el recorrido
que han tenido el arte pictórico y el literario desde lo canónico. Sabido es, también, cuál es su lugar natural:
los museos y los libros.
Entonces,
si cada época ha poseído una manifestación artística que la convoca, la
materializa, la cuestiona o la expone, es lógico preguntarse qué pasa en
nuestro momento histórico.
Si bien no tenemos proyección histórica
para comprender cabalmente cuáles de las manifestaciones artísticas actuales
resistirán al paso del tiempo (como afirma Francisco Rico “La tradición está
regida por la ley del péndulo: en el siglo XVIII ni Góngora ni Quevedo hubieran
entrado en una antología de la poesía española
pero hoy resultan imprescindibles”), sí somos capaces de percibir una
serie de fenómenos artísticos que se ha dado a nivel mundial o latinoamericano
y que resulta más que interesante para abordar.
Nos estamos refiriendo al “Arte urbano” (Street art) que hace referencia a
todo el arte de la calle, algunas veces ilegal. El arte urbano engloba tanto al
graffiti, los bailes y competencias callejeras, como a otras formas de
expresión artística que tienen como escenario lugares públicos bastante
transitados, pretendiendo sorprender a los espectadores. Esta práctica, como
tal, ya lleva unos años (aunque, de hecho, si nos ponemos a pensar los goliardos, los juglares ya eran muestra
de arte callejero).
No obstante, hay otro fenómeno que nos interesa
trabajar y es el de la literatura en los muros de la ciudad denominado “Acción
poética”.
Armando Alanís
Pulido, el
creador de Acción poética lleva casi dos décadas pintando versos en las
ciudades, democratizando la poesía y haciéndola llegar a un público mayor.
Intención democratizadora que podría vincularse con el Muralismo mexicano que,
como sabemos, surge tras la Revolución de 1910 de acuerdo con un
programa destinado a socializar el arte, y que rechaza la pintura tradicional
de caballete, así como cualquier otra obra procedente de los círculos
intelectuales. Propone la producción de obras monumentales para el pueblo en
las que se retrata la realidad mexicana, las luchas sociales y otros aspectos
de su historia. El muralismo mexicano fue uno de los fenómenos más decisivos de
la plástica contemporánea iberoamericana. A partir de 1930 el movimiento se
internacionalizó y se extendió a otros países de América.
El escritor mencionado afirma: “Si la poesía se pone de moda, todos
salimos ganando”. Su movimiento cada vez
cuenta con más adeptos y con más partidarios en diferentes lugares del mundo pero
ha logrado mayor impacto gracias a las redes sociales, modelos comunicacionales
casi exclusivos para nuestros alumnos actuales.
Viajando en ómnibus, caminando por nuestra ciudad,
en los muros de facebook, todos hemos asistido a esta manifestación que posee
sus propias reglas: letras en blanco y negro simulando la hoja de un libro;
ausencia de mensajes “políticos”; no más de dos versos y un elemento por demás
interesante: el anonimato. Así accedemos a la
obra por encima del artista evitando prejuicios en su valoración.
Apoyados
en la Estética de la Recepción, en el enfoque hermenéutico y en conceptos como
“Lector modelo” de Eco y pensando en la necesaria actitud de cuestionamiento de
la realidad que buscamos en nuestros
alumnos así como en el disfrute por el arte y partiendo de la premisa básica de hacer de nuestros
estudiantes protagonistas de su aprendizaje, es que surge la idea de este
proyecto de trabajo.
Este
proyecto se desarrollará en tres núcleos fundamentales:
1-
Visita a
los museos y acercamiento a la Literatura clásica.
2-
Recorridos
por la ciudad en la búsqueda y captura de manifestaciones artísticas urbanas.
3-
Creación de
un mural que contenga “imágenes y palabras”.
Visita
a los museos y acercamiento a la Literatura clásica.
Este
primer núcleo tiene como objetivo acercar a los alumnos al arte canónico. Si
bien podemos pensar que la capacidad de distinguir entre un “artefacto
artístico” como diría Croce y otro que no lo es casi innata, lo cierto es que
el gusto por el arte también se educa.
Si una obra ha resistido el paso del
tiempo, convirtiéndose en un clásico, es porque en ella radican algún o algunos
elementos que la hacen vigente. Aunque, Borges afirmaba que esto puede ser una
superstición... “Lo único que sabemos del futuro es que diferirá del
presente”...
Es importante que los estudiantes sean
capaces de percibir estas cuestiones para que, en otra instancia, posean
herramientas que los motiven a discernir qué es arte y qué no lo es y
argumentos para explicar su postura. “La Literatura, como cualquier disciplina
del conocimiento, requiere entrenamiento, aprendizajes, iniciaciones,
concentración” (Guillermo Martínez. La fórmula de la inmortalidad.)
Eco afirma que “un texto postula a su
destinatario como condición indispensable no sólo de su propia capacidad
comunicativa concreta, sino también de la propia potencialidad significativa”.
Es necesario ampliar la “potencialidad
significativa” de nuestros alumnos.
Es cierto que no todos los museos contienen “clásicos”, no
todos los museos contienen obras que hayan sido bien recibidas en su tiempo
aunque tal vez, en su transcurso muten en “clásico”. Ya lo decía Picasso: “si
una obra de arte no puede VIVIR en el presente, no se la debe tomar en
consideración”. Y el museo tampoco garantiza la condición de obra artística,
tal como la estamos planteando. Ya lo decía Baudrillard en la conferencia “La
simulación en el arte” en 1994: “En efecto, hoy el arte está realizado en todas
partes. Está en los museos, está en las galerías, pero está también en la
banalidad de los objetos cotidianos; está en las paredes, está en la calle,
como es bien sabido; está en la banalidad hoy sacralizada y estetizada de todas
las cosas, aún los detritos, desde luego, sobre todo los detritos”.
Pero es fundamental que los
estudiantes puedan VER que el espacio físico no hace necesariamente a una obra
artística. ¿Qué hace a una obra artística? ¿El lugar? ¿Lo que trasmite? ¿Lo que
genera en mí? Como consumidor: ¿Qué proceso? ¿Qué elimino?
Las salidas a los museos tienen como objetivo educar el “gusto”
y plantear interrogantes.
Recorridos por la ciudad en la búsqueda y captura de manifestaciones artísticas urbanas.
Una vez que los estudiantes se hayan puesto
en contacto con las obras “canónicas” o “de museo”, saldremos de los espacios
cerrados a la calle, para que ellos mismos, protagonistas, capturen imágenes de
los muros que muestren obras que, a su juicio, sean “de arte”.
Para optimizar estrategias se trabajarán
con ellos las diferentes técnicas que plasman los artistas en los murales
(grafitti, stencil, sticker bombing, etc).
Creación
de un mural que contenga “imágenes y palabras”.
Es la etapa final de este proyecto. Una
vez realizadas las actividades anteriores entendemos que, para rescatar el
disfrute por el arte, sería deseable que nuestros estudiantes se expresen a
través de un mural que fusione Historia del Arte y Literatura (es evidente que,
desde nuestra concepción, la Literatura forma parte de la Historia del
arte. La distinción se establece
teniendo en cuenta las asignaturas que participan del proyecto de trabajo).
Pretendemos invitar a distintos exponentes del arte urbano nacional y “Acción
poética Uruguay” para que puedan acompañarlos en esta experiencia.
Así se fomentarán valores como la
cooperación, el esfuerzo, la creatividad (propugnados, de hecho, por muchos de
nuestros artistas urbanos) y, sobre todo
el goce dado en la producción propia de una obra. Obra porque serán obreros en
su accionar. ¿De arte? ¿Quién o qué la
define como “arte”? Esa es una cuestión muy interesante. Como docentes de arte,
¿Nuestro objetivo es formar artistas? ¿O sólo y humildemente recorrer juntos un “proceso” de aprendizaje mutuo que
nadie sabe dónde y en qué terminará?
Finalmente agregar que,
transversalmente, el arte urbano y sus distintas manifestaciones se irán
trabajando a lo largo de los cursos, adecuándolos a los contenidos programáticos.
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